¿Por qué los satélites no caen del cielo?
En primer lugar, debes saber que existen dos tipos de satélites: los satélites naturales y los artificiales . El satélite natural es un objeto celeste en órbita alrededor de un planeta u otro objeto más grande que él y que no es una construcción humana. Estos satélites naturales pueden ser grandes y parecer pequeños planetas. En cuanto a los satélites artificiales, son objetos creados por el hombre que se envían al espacio utilizando un lanzador y que orbitan alrededor de un planeta o un satélite natural como la luna.
Dependiendo de su altura, un satélite debe tener una velocidad muy alta para que pueda mantenerse en órbita. Por ejemplo, para una órbita circular a una altura de 300 km sobre la tierra, se requiere una velocidad de 28 000 km/h.
Los satélites son de gran utilidad para muchas áreas. Por ejemplo, operan en meteorología, telecomunicaciones, teledetección, gestión de recursos naturales pero también en navegación. Generan muchos ingresos. Sin embargo, ¿cómo podemos estar seguros de que los satélites no caerán del cielo?
¿En qué ley física se basan los satélites para permanecer en el espacio?
Esta es la primera ley del movimiento , es decir, un objeto en línea recta o en reposo, mantendrá este estado hasta que una fuerza externa actúe sobre él. La fuerza externa puede indicar muchas cosas, desde la resistencia del aire a la gravedad hasta golpear una pelota elevada con una raqueta.
Por lo tanto, es esta primera ley del movimiento la que actúa sobre los satélites artificiales y naturales para permitirles permanecer por encima de las nubes. Estos pueden moverse por el espacio para siempre porque no hay resistencia en el aire y no hay nada que los frene. Sin embargo, los satélites fueron diseñados de manera diferente. Obtienen su energía de los cohetes que los ponen en órbita.
Los satélites tienen suministros de combustible y propulsores, pero estos últimos no desempeñan ningún papel en el mantenimiento de su velocidad. El papel del combustible y los propulsores es gestionar maniobras como la evitación de escombros o el cambio de órbita.
En cuanto a los cohetes, transmiten a los satélites que llevan mucha energía. Por eso también se mueven a velocidades de al menos 28.330 km/h para lograr escapar de la gravedad terrestre. Después de la separación del satélite, queda suficiente energía para mantenerlo en órbita alrededor de la Tierra durante varias décadas o incluso siglos.
En resumen, los satélites pueden permanecer en la órbita terrestre gracias a una perfecta interacción de fuerzas entre la gravedad y su velocidad. No pueden escapar del espacio gracias a la atracción gravitacional de la Tierra, así que manténgalos en perfecto equilibrio.